El vitoriano Ochoa de Landa, tesorero de Descargos de los Reyes Católicos y despensero mayor y pagador de la Casa Real de Castilla (1506-1531), lidió en la Corte con una fama no siempre grata. A pesar de su trayectoria, similar a la desarrollada por otros tesoreros reales, su figura parece haber quedado relegada a un segundo plano, oscurecida quizás por su labor en torno a una reina que realmente no gobernaba. Este texto pretende profundizar en las diversas facetas que marcaron su vida, poniendo en relieve el papel que jugó en la Corte, y dar a conocer la ingente masa documental que constituyen sus cuentas. Adentrarse en la contabilidad a la que dio lugar es imprescindible para conocer la estructura de la Casa Real castellana de fines de la Edad Media, los recursos de la Real Hacienda y el destino para el que fueron consignados. Su transcripción, el cargo y data del tesorero, lo acompaña.