La belleza del afuera

El afuera es ese ámbito de cielo y tierras, de naturaleza abierta, que nos aguarda más allá de nuestras rutinas sociales, de nuestros hábitos domésticos. Pero su acceso no es siempre fácil ni simple. «Lo bello no es más que ese grado de lo terrible que todavía podemos soportar», nos advierte Rilke. El asentamiento en una casa aislada en un valle de Asturias cuya vida efervescente se resiste a la doma jardinera sirve de prueba práctica para la experiencia con el afuera. El esfuerzo de inmersión, que acercará la pertenencia al lugar y las herencias allí depositadas, exigirá un trayecto de despojamientos y renuncias. El balance, siempre provisional, equilibrará placeres y riesgos, arañazos y saberes.