DVORAK. LAS SINFONÍAS Y LOS CONCIERTOS

Toda música, sea muy sofisticada o en extremo simple, es una respuesta a la experiencia humana, una parte de nuestra vida interior. Con algunos grandes compositores uno siente que las relaciones del hombre con su compañero constituyen la fuerza dominante de su pensamiento; con otros puede ser la relación del hombre con Dios, ó con el mundo de la naturaleza que le rodea.Para Dvorák el campo checo y su gente fueron las influencias que formaron su personalidad artística. El contacto con la naturaleza era tan vital para él como lo era la musa para Delius; y su trabajo irradia una riqueza y generosidad de sentimiento, temperado por una entusiasta disciplina musical, que casi recuerda a Haydn. Como ese maestro, dedicaba sus partituras con Laus Deo o su equivalente. Pero en términos de equilibrio emocional, recuerda a Haydn, debe ser contado después de Schubert y junto con su amigo y contemporáneo Tchaikovsky como el melodista más natural del siglo XIX.