Pedro Mudarra de Avellaneda

Pedro Mudarra de Avellaneda decidió vivir alejado del mundanal ruido en su retiro de San Martín de Valdeiglesias, lo que llevó al mayor orientalista del siglo, Benito Arias Montano, a elogiar públicamente aquella decisión. Entregado a su espíritu y formación en letras humanas y divinas, escribió un poema épico de temática sacra y cientos de poesías emblemáticas, tradujo epigramas de santos Padres, redactó diálogos humanísticos y obras de erudición. Pero ni el empeño de sus amigos logró convencerlo de que las diera a la imprenta. Hoy, más de cuatro siglos después, salen por fin a la luz.