De las torres parroquiales de Écija en el siglo XVIII

Unas Torres pueden ser a la vez ejemplo y reflejo de lo que está ocurriendo en una ciudad o región determinadas. Construcciones que se erigen por la labor conjunta de maestros de obras, alarifes, adornistas de ladrillo y yeseros, escultores, ezulejeros y pintores. El análisis de la obra de arte y de los hombre que la produjeron conforman el objeto de estudio que aquí se presenta, sus motivaciones y finalidades, constatar criticamente, valorando las razones de los cambios de esa sociedad del Setecientos que ordenó la elevación de las torres. Un fenómeno difundido por toda la Baja Andalucía, pero que eclosiona en la ciudad de Écija. Las promociones de estas empresas artísticas se hicieron desde el Arzobispado y arquitectos de la sede diocesana llevaron la directriz de estas obras, maestros como Juan Núñez, Pedro de san Martín, Pedro de Silva y Antonio de Figueroa, aunque la ejecución real estuvo en manos de maestros locales, tales como José Páez de Carmona, José Pérez Bueno, Fernando Martín Bizarro, Batolomé Bautista Morales y Antonio Caballero y García.

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