LA BURBUJA QUE QUEBRÓ EL MUNDO

Garet Garrett, como su compatriota Henry Hazlitt, fue un brillante periodista liberal estadounidense. Su denuedo a la hora de apoyar causas perdidas resulta admirable. Atacó desde el imperialismo hasta la condonación de las deudas, desde el rescate de empresarios con dinero público hasta el New Deal de Franklin Delano Roosevelt. Finalmente, perdió su empleo en el Saturday Evening Post por su pacifismo. Defender la paz, un viejo anhelo liberal, solo es fácil cuando los Estados no llevan su ímpetu agresivo hasta los extremos: entonces se vuelve sumamente difícil, y Garrett insistió en oponerse a la guerra incluso después del ataque japonés a Pearl Harbor, un episodio con claroscuros pero que entonces desató una ola belicista que le sirvió al gobierno americano para legitimar todas sus acciones bélicas ulteriores.

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