El verano de 1997 marca el inicio de una expedición soñada largo tiempo por cinco amigos: la ascensión a uno de los ochomiles más carismáticos del planeta, el Nanga Parbat (8.125 m). Pero esta montaña, mágica y maravillosa, mostró su cara asesina y se cobró la vida de uno de ellos. Edu Sallent, el autor, formaba parte de la expedición y la pérdida de su amigo le marcó profundamente. Relatar la historia de su experiencia se convirtió en una necesidad vital a su regreso. -Mientras haya luz- es una bella historia, estremecedora, apasionante, desgarradora y emocionante. Un relato que nos hará sufrir y nos hará gozar, en donde vamos a reír y vamos a llorar. Una lectura que viviremos con intensidad. Una historia contada con sencillez y naturalidad que consigue conectar y empatizar con el lector desde la primera página. Una aventura al límite, donde la supervivencia sólo depende de la gran protagonista del libro: la verdadera amistad.-"Todos los que hemos pisado una cumbre de ocho mil metros hemos experimentado momentos iguales a los que él describe. Lo que pasa es que no todos hemos conseguido transmitir las sensaciones que te hacen pasar de la euforia a la angustia, según tu estado psíquico y físico, y de la alegría compartida a la desesperación, cuando la montaña se lleva a un compañero y te deja vacío de fuerzas y sentimientos. (...)Es entonces cuando nos quedamos desnudos ante la realidad, cuando nos damos cuenta de que somos capaces de descubrir en nosotros mismos sentimientos que hasta aquel momento habíamos ignorado, de sentirnos increíblemente débiles, de comprender que no estamos preparados para la soledad, que podemos sentir miedo y rabia por la incertidumbre. De llorar al ver que llamamos al amigo y éste ya no responde." (...)-Fragmentos del prólogo de Jordi Pons