Monochrome

Gus tiene un don, pero como es generoso, lo comparte. Y así todos salimos ganando, porque los que tenemos la enorme suerte de posar para él nos llevamos con nosotros un pedacito de ese don, y ya es nuestro para siempre. Cuando Gus te tiene delante de su cámara, te mira unos pocos segundos (conozco el gesto, en su cabeza la foto ya está hecha, editada y enmarcada) y ahí (tirando de don, que para algo lo tiene) te explica el “fotón” que vais a hacer y cómo lo vais a hacer. Sin dudas, con simpatía de tahúr bohemio acostumbrado a las masas y firmeza de padre que da a su hijo la mejor pieza de fruta (mano de hierro en guante de seda).

(Extracto del prólogo de Beatriz Rico)

Otros libros de Gustavo Geijo Alonso

Descubre más libros de EOLAS EDICIONES