¿Nos interesa creer en Dios?

¿Se habrá convertido Dios en un pesado estorbo? Es cada vez mayor el número de hombres y mujeres, quizá de entre nuestros mejores amigos y amigas, que responden afirmativamente, de forma explícita o implícita, y dejan de lado a Dios. Tal vez en otros tiempos, Dios suscitó su interés, pero luego se les mostró decepcionante: no aportaba nada provechoso para la vida humana: no producía beneficio alguno: no era interesante. Y nos dejan a los creyentes en la necesidad y el deber, si hemos de dar razón de nuestra fe y de nuestra esperanza, de presentar la prueba del interés que para el ser humano tiene Dios. El reconocimiento, respeto y aceptación del otro, la entrega y la confianza puestas más allá de uno mismo, el perdón incondicional, son radicales constitutivos últimos de lo específico humano. Sin ellos no se llega al hogar de lo humano. Y para llegar tan lejos, ¿qué hará falta? Y llegados allá, ¿adónde habremos llegado? Una vida así prueba al Dios cristiano, no sin antes haber sido puesta a prueba por el mismo Dios. Es el camino que recorre este libro, a caballo entre la antropología y la teología. Un testimonio mental y vital recusable... para quien no quiera entrar en la experiencia, pero también disponible...

ANDRÉ LALIER, profesor del Instituto Católico de París, es Director del Curso de Formación en Ministerios.